Capítulo 1. La cruda realidad.

Barcelona. 22h. 

'Cuenta la leyenda que para sellar un amor eterno, una pareja de novios tiene que anclar un candado con su nombre grabado en él, a la verja del mirador. Sólo, los que creen en esta leyenda lo hacen con la esperanza de tener un para siempre con la persona a la que aman'.
-¿Crees en la leyenda? - pregunta Carolina sonriente, y con ojos de enamorada lo contempla.
-Sí, ¿por qué no? si es cierta, a mi me gustaría tener un para siempre contigo. - Ancla el candado y abraza a Carolina por detrás. Ambos se quedan mirando el horizonte un largo tiempo.
-Mark...
-¿Sí?
-Te quiero.
-Yo también a ti, princesa.
Y con estás palabras sellan su amor con un beso.
 De repente, todo se vuelve oscuro y no se ve nada. - ¿Mark? - Su novio ha desaparecido y ésta, está sola en una habitación donde todo empieza a dar vueltas. -¿Mark, dónde estás? - Asustada y desesperada hace ademán de levantarse del suelo, pero no puedo. Se siente débil. - Mark.  ¡Mark vuelve! - En ese momento se empiezan a escuchar unos susurros - ¿Mark, eres tú? - Y esos susurros, cada vez más claros, la empiezan a atormentar por sus simples y dolorosas palabras.
 - Mark ha muerto. Ha muerto. Mark ha muerto - Repiten una y otra vez las voces -  Ha muerto.
-¡NO! Mark. ¡MARK! -Grita entre lágrimas. Saca fuerzas para levantarse del suelo, pero no puede. Alguien o algo le impiden hacerlo - ¡MAAARK!
Despierta. Está empapada de sudor y con lágrimas en el rostro. Ha sido un mal sueño, se repite. ¿O no? Ve a su hermano pequeño a su lado que a presenciado toda la escena. -Carol... ¿estás bien? -Pregunta estremeciéndose. – Me he asustado. Estaba jugando en mi cuarto y tú has empezado a gritar…
-Ven aquí, pequeño. Claro que estoy bien – Dice mientras lo abraza. En ese momento recuerda todo; nada ha sido un sueño. Mark… Mark está muerto. Y abrazando a su hermano Gorka, llora entre lágrimas.
-Carol, ¿me lees un cuento para irme a dormir? - le pregunta éste.
- Claro, pero me tienes que decir cual quieres que te lea - le dice mientras se aparta de él.
Ambos se dirigen a la habitación del pequeño. Gorka se para de repente - Ya lo tengo. Quiero el de Peter Pan.

En esa mismo lugar, en otra parte de la casa…
-Carlos, ¿tú crees que hemos hecho bien en llamar a la psicóloga para que venga a hablar con nuestra hija? – Pregunta la madre preocupada.  Desde que Carolina se fue a vivir con su novio, Mark, su relación entre madre e hija ha empeorado. Le duele verla así, hace ya 3 días del entierro de éste. No quiere que su hija sufra.
- Claro que sí, Mercedes. Carolina ahora mismo lo está pasando muy mal. Necesita ayuda y sobretodo nuestro apoyo – Le responde a su mujer para que se tranquilice, mientras él está sentado en un sillón leyendo el periodico.
Llaman al timbre y Mercedes se dispone a abrir - Hola. Disculpe que la hagamos venir a estás
horas, pero mi marido y yo estamos preocupados por nuestra hija.
- No se preocupe. Es mi trabajo y tengo que ayudar a mis pacientes – dice mientras, Claudia, la psicóloga entra por la puerta – Buenas, señor Carlos – le dice nada más verlo - ¿Y Carolina? – pregunta.
- Ahora voy a buscarla. Mientras tanto puede sentarse ¿quiere algo de comer o bebe? – Pregunta Carlos educadamente mientras se levanta del sillón donde estaba.
-No, gracias. Estoy bien – responde.
En ese instante se escuchan unos pasos bajando por la escalera - Mamá, Gorka ya está dormido. Me ha dicho que le leyera un... - No puede acabar la frase. Atónita, se pregunta que  hace  la psicóloga en su casa, y a estas horas. Mira a sus padres, después a la psicóloga y otra vez a sus padres - ¿La habéis llamado vosotros?
- Cariño, nosotros queremos que estés bien y… empieza a decir Mercedes, pero su hija la interrumpe.
Repito, ¿la habéis llamado vosotros? – Pregunta Carolina irritada.
-No, he venido por mi cuenta. Quería saber como estabas  y si necesitabas hablar. Yo te puedo ayudar – Dice de repente Claudia incubriendo a los padres de ésta.
-Estoy bien, gracias. No necesito ayuda y menos hablar con alguien. Yo puedo sola. –Y con estás palabras Carolina hace intención de irse a su cuarto.
Carolina, ven aquí. – dice su padre. Inspira y sigue hablando - Ella solo te quiere ayudar, y para tu información la hemos llamado nosotros, así que ahora vas a hablar con Claudia. Tu madre y yo estamos preocupados por ti.

- Papá, ¿acaso me vais a devolver a Mark, vais hacer que el tiempo vaya para atrás o algo así? No, no lo vais a hacer porque no se puede. Así que nadie me puede ayudar. ¡Nadie! -  Con un portazo Carolina sale de su casa enojada sin escuchar a nadie.
No se puede creer lo que acaba de ocurrir. De su madre se lo podía esperar, pero de su padre… De él no

Mientras se intenta olvidar de lo ocurrido, camina calle abajo. Las calles están casi vacías. Apenas se puede encontrar gente a esas horas; una señora cerrando su pastelería, un señor dándole de comer a unos pobres gatos abandonados y una pareja de novios cogida de la mano. Por lo demás, son todo coches.
Carolina se sienta en un banco, enfrente del señor que le está dando de comer a los gatos. Sonríe. Al menos alguien se acuerdo de ellos, aunque sea solo una persona.
Ahora mismo puede decir que se siente bien, libre, aunque muy apenada. Hace 3 días fue el entierro de Mark. Su Mark. Los médicos no encontraron ninguna explicación a su muerte Nada. Han tirado la toalla.
- Estás aquí. - Dice una voz conocida.
Carolina se gira - Nathaly. ¿Qué haces aquí? - pregunta sorprendida.
Ésta se sienta y empieza a hablar - me llamó tu madre preguntándome si estabas en mi casa y si sabía donde estabas, le respondí que no y la escuché tan alterada que fui a buscarte.
-  Es que... tú no sabes lo que ha pasado – Empieza a decir – Y con lo de Mark…
-   Tranquila – le dice Nathaly mientras la abraza al ver que empieza a llorar – Yo estoy contigo y me tienes para lo que quieras.
 -¿Sabes? Yo creo que a Mark lo asesinaron - dice, y sorbe por la nariz sin dejar de llorar – Estoy segura.